Si yo de ti hablara

Cuando regreses, escoge las más bellas flores del camino. Ata un cordel alrededor de ellas y anúdalas fuertemente. Y segun vuelvas a la senda, cuenta los pasos hasta llegar aquí.
Cruza la verja hasta el patio, y entra. La puerta sigue abierta todavía.
Te será acogedor el calor del hogar. Lo he dejado encendido para que cuando llegues, te abrace, por dentro. Recuérdame en eso también.
He colocado nuestra foto junto a la mesa, en la pequeña butaca de madera. El marco lo he cambiado porque sentía que tenía que ir acorde a la naturalidad de la foto.
Y sobre esta tabla, un plato servido de comida. Y te estaré observando comerlo.

Si decides quedarte, te esperará en el baño tu ropa recién lavada, con olor a menta, como se que te gusta. Unas toallas calientes y unos zapatos mullidos para que sientas que no puedes estar en ningún sitio mejor.

Distintos jarrones decoran la encimera. Por si quieres coger el que más te guste para las flores. No lo llenes de agua o se ahogarán. Y ponlas cerca de la ventana. El sol les hará bien.

De esas flores, escoge una, la que consideres más hermosa, y guárdala dentro del libro que te regalé. Eso la resguardará de la humedad y aún marchita, seguirá luciendo igual.
La casa la he dejado con el olor de mi último perfume. Porque no hay nada que despierte más los recuerdos que los olores de nuestra niñez.

Nunca traté de cambiar eso. Porque sabía que mi deuda contigo era justamente esa.

Al lado de la ventana del salón grande, he acercado la mecedora donde, como sabes, me gustaba coser. Y encima, mi cesta de mimbre con agujas, hilos, botones y todo lo que era mío. Si vas en invierno, la lluvia y el frío te dejarán dormir mientras te balanceas, y en verano,la claridad del sol te permitirá ver el camino por el que has vuelto, y la verja abierta, y el viejo gato negro que nos esperaba al regresar.

Yo hace tiempo que no cambio nada de lugar,y las cosas que almacena esta casa guardan una pequeña historia de nosotros. Tanto si decides quedarte como si no, se que el recuerdo de mí habita en otros lugares que no se pueden ver. Pero que son igual de mullidos, cálidos, tranquilos y placenteros, como esta nuestra casa.

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