Tú, y después el mundo

Que si has tenido un mal día, o simplemente hoy no te has levantado siendo 100% tú mismo te aconsejo:
Que no lo des todo por perdido(te lo digo yo, que si lo hice).
Que aceptes que hay cosas que desaparecerán por el camino, pero que no puedes parar de andar. Porque si te quedas quieto, ya has perdido.
Que hay personas malas y personas peores. Personas que no sabrán lo que han hecho ni lo que han dejado atrás.
De las tóxicas, alejate. También de los «todo va  a salir bien «.
Que te encontrarás con gente con las que te cruzarás fugazmente y sin embargo, su huella será imborrable. Personas con las que vivirás los mejores momentos de tu vida y aún así, estaréis irremediablemente abocados al fracaso.  Y personas con las que nunca podrá ser.
Personas que dolerán como espinas, cada vez que algo te recuerde a ellas. O personas que dolerán como quemaduras, intensamente al principio, y al final, te harás insensible.
Que hay oportunidades que no se dan y te dejan con cara de pasmado, y demuestras entonces lo valiente que eres al aceptar que será así y ya está.
Que hay cosas que no puedes cambiar por más que aprietes, corras, llores o te esfuerces. Que malgastarás energía con gente y con cosas que no te llevarán a nada y entonces te darás cuenta que nunca más volverás a poner tus pies ahí.
Que a veces en los días de lluvia es cuando más somos nosotros mismos. Que en llorar no hay debilidad, sino una calma inmensa.
Que el mar es siempre la solución.
Que si necesitas huir y pasar tiempo lejos y sólo, hazlo. Pero que recuerdes que hay personas que son hogar, encuentres donde las encuentres.
Que no se te olvide ser agradecido y que toda experiencia buena o mala suma.
Que hay personas que piensan en ti aunque tú no las pienses. Que también somos desagradecidos.
Que tu paz mental está siempre por encima que la de los demás. Que no siempre hay que encajar.
No te traiciones nunca.
Que no te hagan sentir un objeto. No lo eres.
Que los aires de cambio siempre soplan, y que después de cada esquina, está la vida.
Que nunca es tarde si la dicha es buena.
Que hay personas que merecen segundas oportunidades (incluidos nostros)
Que no hay nada que nos haga más humanos que decir «perdona». Que trates de perdonar siempre. Incluso cuando no te lo piden.
Que hagas de tripas corazón y sacrifiques cosas por los demás.
Que hay personas que lo merecen todo. A esas, cuídalas.
Que aprendas a decir que no, sobretodo si es por tu bienestar.
Que no encajarás en sitios pero que sin embargo es donde debes estar.
Que por las noches somos de quienes soñamos.
Que seguiremos amando, después de amar.
Que hay personas que se han llevado un trocito de nosotros, y ahí se van y no vuelven.
Que nunca queden palabras que decir.
Que de felicidad también se llora.

Que seguimos vivos,
y nuestro aliento no cesa.

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